Los Ornitópodos tenían unas mandíbulas flexibles y unos dientes molares que superan a los de las vacas para masticar plantas fibrosas. Aunque eran bípedos también podían estar en posición de cuadrúpeda.
Los Stegosaurios poseían un cuerpo acorazado, el cual usaban como mayor defensa ya que no eran muy agiles. Tenían una doble fila de placas óseas triangulares a lo largo del dorso y la cola. Se ha llegado a pensar que estas placas estaban vascularizadas y que servían para regular la temperatura del animal.
Los Anquilosaurios tenían un tamaño parecido al de los estegosaurios, poseían placas óseas en las patas y en la espalda, además de una fuerte cola que terminaba en forma de mazo.